Esta entrada de blog no se ha escrito con el fin de exculpar o justificar a las personas que han cometido y siguen cometiendo delitos, el propósito es dar a conocer algunas de las razones que pueden llevar a una persona a este difícil mundo de delincuencia juvenil, sin olvidar que existen muchas otras razones de índole psicológicas, políticas, económicas y sociales.
En este caso hablaremos de la delincuencia y su relación con el Síndrome Alcohólico Fetal (SAF). Espectro de los trastornos derivados del uso de alcohol por parte de la madre durante el embarazo. A modo de resumen, el SAF es un trastorno psicológico que sufre el feto si durante el embarazo la madre ingiere alcohol. El uso del tabaco, drogas y alucinógenos durante la gestación son factores de alto riesgo para el feto. La gravedad del problema en el recién nacido dependerá de la cantidad de alcohol ingerida, así como la frecuencia de uso de esta. Una copa de vino a la semana seguro que no tendrá repercusiones negativas, es el uso frecuente y excesivo de este lo que genera el mayor problema; aunque esto depende de otros factores como son la salud de la madre, la alimentación , el estilo de vida entre otros. Es aconsejable que durante el período de gestación las madres no ingieran alcohol y si es posible reduzcan el consumo de tabaco, además de evitar lugares donde están expuestas al humo del cigarrillo.
Además de las consecuencias físicas, las consecuencias psicológicas que sufrirá el niño/a durante el resto de su vida, podrán ser entre otras: problemas de aprendizaje, logros académicos reducidos, control de impulsos, problemas de comunicación, problemas sociales, problemas de atención. Áreas muy importantes para la socialización juvenil, como todos sabemos a mayor nivel de estudio seguramente la persona tendrá mayores oportunidades en la vida, algo que se dificulta en las personas con esta enfermedad.
Teniendo en cuenta los problemas psicológicos ya mencionados derivados del SAF, se suman las posibles consecuencias familiares y sociales de vivir y crecer con una madre con problemas de alcohol entre las que se encuentran: problemas emocionales, problemas de apego inseguro, riesgos físicos, riesgos de ser abandonado, agredido, maltratado así como abusos psicológicos y sexuales derivados del descuido y abandono en los primeros años de vida. No todo lo que somos es parte de nuestra personalidad, pues los factores sociales juegan un papel importante en nuestras vidas. Las oportunidades de trabajo, los amigos con los que crecemos, los conocimientos que tengamos y el ser guiado y criado por padres que nos enseñen el buen camino por medio del ejemplo, hacen que aprendamos mucho más fácil al seguir a alguien.
Los estudios realizados en jóvenes delincuentes muestran altas tasas de SAF entre los adolescentes que han cometido crímenes, en este grupo de delincuentes juveniles más del 60% tenían padres y madres con problemas de alcohol, más del 50% tenían problemas de drogas, el 85% de estos jóvenes provienen de familias de escasos recursos y la mayoría no habían terminado los estudios básicos. Adicionalmente, en este estudio se encontraron otros trastornos psicológicos derivados de una infancia de abandono, maltratos y abusos psicológicos. La importancia de estas investigaciones es mostrar que al unirse los problemas psicológicos con los problemas familiares y sociales el menor crecerá en un ambiente sin normas, donde no hay una persona que le enseñe lo que está bien y lo que está mal; no tendrá un modelo positivo a quien seguir, carecerá de conciencia social, habilidad tan importante en la socialización juvenil, además de presentar problemas de empatía, lo que con mayor probabilidad podrá llevar a este pequeño a una vida de delincuencia y actos vandálicos, derivados del conocimiento que este tiene de la vida y sus experiencias hasta ese momento.
Como se ha dicho hasta ahora, los trastornos psicológicos y los problemas como el SAF no son exclusivos en la delincuencia, pues muchas personas sin estos problemas caen en este mundo por diferentes razones. La delincuencia no tiene estrato social ni económico. Lo mencionado anteriormente, se considera factores de riesgo, ya que no llevan por sí, pero ayudan a que una persona pueda caer en delincuencia.
Las buenas noticias son que el SAF es un trastorno totalmente evitable si la madre no ingiere alcohol o sustancias durante su embarazo, es esta la razón por la cual las empresas de tabaco y alcohol están obligadas a poner en sus etiquetas el riesgo que presenta para la madre. Además se suman las campañas locales y nacionales que en cada lugar se puedan presentar. En el caso de sufrir de este problema o de algún otro problema por uso de sustancias, la terapia psicológica a edades tempranas puede reducir los problemas derivados de este, mejorando en el niño las habilidades afectadas por este trastorno. La terapia psicológica contribuye a que el menor tenga una vida escolar y de aprendizaje lo más normalizada posible, brindando con ello más oportunidades en el futuro. Así mismo, la intervención psicológica familiar ayudará a la madre a mejorar las pautas de crianza y con ello la socialización del pequeño, mejorando los cuidados y los riesgos a los que su hijo/a puede estar expuesta; y si es necesario intervenir en el problema de uso de sustancias, alcohol y otras drogas, ya que en muchas ocasiones el cambio debe ocurrir primero en la madre para que esta pueda enseñar y criar lo mejor posible a su hijo.
Con cariño a una gran persona S.T., “Sé que el mundo en el que vives es un mundo difícil, no escogiste nacer allí, no escogiste crecer así”
Noviembre 2018
Foto: Johann Walter Bantz