“Los padres son los primeros en darse cuenta cuando algo no va bien en sus hijos, nadie más que ellos los conoce mejor “
No todos los problemas que se presentan en los primeros años de la vida son trastornos del desarrollo, en la mayoría de casos son simplemente “etapas” por las que está pasando el niño o niña; o sencillamente el niño o niña está tardando un poco más de lo esperado, pero sin que esto pueda suponer un problema en el futuro. No obstante los profesionales recomiendan estar atentos a cualquier señal de alarma, y recordar que son los padres y las madres los que detectan primero cualquier cambio. Asimismo, cuando algo no va bien en sus hijos no duden en consultar a un profesional lo más pronto posible, ya que se puede dar solución cuanto antes.
“Todos los niños son diferentes y crecen a diferentes ritmos, algunos se toman su tiempo, otros lo hacen de una manera diferente”
Muchas veces el problema no es el tiempo que tarde o cómo lo haga, sino el problema que le traerá a corto a largo plazo y si esto podrá interferir en un crecimiento óptimo.
Los trastornos del desarrollo son problemas desde el nacimiento o en los primeros años de vida de la persona. Estos son de base neurológica, psicológica o fisiológica que pueden afectar la adquisición, retención o aplicación de habilidades específicas en la infancia. Estas pueden ser de carácter motor (movimiento, andar, gatear), cognitivo (memoria, percepción, lenguaje), o conductual (resolución de problemas o alteraciones en el área de interacción social). Las áreas afectadas pueden ser de diversas índoles y de diferentes niveles de gravedad, de esta forma puede existir trastornos leves, moderados y graves. Actualmente, la discapacidad o gravedad que los trastornos puedan suponer en la vida de la persona afectada y las familias se entiende de manera multidimensional, basada en las necesidades de apoyo y el papel que el entorno juega en las mismas. Así pues, desde este enfoque la discapacidad no reside en las limitaciones o déficits, sino en la intensidad de los apoyos necesitados para participar de manera satisfactoria en las actividades cotidianas. La importancia de esta perspectiva reside en tener en cuenta el entorno de la persona afectada, debido a que la presencia de una discapacidad o trastorno no sólo afecta a la persona sino a su ámbito social, económico y familiar.
Posibles Causas
A continuación se nombran algunas de las causas más comunes, teniendo en cuenta que estas pueden ser la razón directa del trastorno o actuar en conjunto con otros factores para mantener el problema. Algunos trastornos como el síndrome alcohólico fetal, el síndrome de down tienen una causa clara y específica. En cuanto a la mayoría de los trastornos que afectan a la infancia, su diagnóstico y detección con claridad es difícil en muchos de los casos.
- Herencia: muchos de los trastornos son de base genética. En algunos casos se hereda el trastorno o el pequeño nace con problemas diferentes, pero derivados del problema de los padres.
- Prenatales: estas causas hacen referencia al embarazo de la madre. Si durante este periodo crítico la madre consume alcohol, drogas, fuma en exceso, presenta accidentes, caídas, intoxicaciones pueden causar daños en el feto y traer consigo diversos problemas psicológicos o fisiológicos en el futuro.
- Natales: Se engloban todos los problemas derivados del parto que pueden afectar la salud del recién nacido, como son la falta de oxígeno, el cordón umbilical enredado en el cuello, entre otras muchas causas.
- Post Natales: Los accidentes, caídas, intoxicaciones del niño pueden ser causa de un futuro trastorno; adicionalmente, los abusos psicológicos y fisiológicos durante la niñez, una alimentación inadecuada, abandono en los primeros años de vida, entre otros muchos podrán ser la causa o mantener y agravar un problema infantil.
Cómo Afectan a Su Hijo
Dependiendo del problema las consecuencias pueden ser diversas, en muchos casos con una terapia psicológica e intervención los problemas mejorarán. En otros casos, necesitarán mucho más tiempo y más trabajo para conseguirlo. Por esta razón, cuanto antes los padres acudan en busca de ayuda psicológica y orientación se podrá conocer el problema lo más pronto posible.
Los trastornos infantiles son diversos, entre ellos:
- Trastornos del Lenguaje: disfemia o tartamudez, retrasos del lenguaje.
- Trastornos del Aprendizaje: Afectará la adquisición de conocimiento y podrá traer consigo problemas como la ansiedad, al sentirse frustrado por no cumplir con los requisitos académicos.
- Trastornos Motores o del Movimiento: estos trastornos podrán afectar el gatear, andar o manipular objetos.
- Trastornos Emocionales: Depresión y ansiedad en edades tempranas, miedos, fobias.
- Trastornos por Déficit de Atención e Hiperactividad: Este es uno de los trastornos más conocidos, pero también más controversiales. Ante las dudas siempre buscar información con profesionales, ellos los orientarán sobre qué es, si realmente su hijo puede tener este problema o si es simplemente un niño inquieto que no requiere ningún tipo de tratamiento.
- Trastorno del Espectro Autista (Autismo): Este trastorno se puede conocer desde los primeros años de vida, aunque requiere una evaluación psicológica a fondo para detectarlo siempre con la ayuda de los padres y un profesional.
Tratamientos
Cada problema tiene una solución diferente, ya que hay que tener en cuenta que cada niño y cada familia son diferentes y tendrán necesidades diferentes. Además, los recursos familiares, económicos, la edad del niño y los padres, el tiempo dedicado son factores que moderaran el problema y la progresión de la terapia psicológica. La atención temprana y la prevención son factores a tener en cuenta. La prevención hace referencia a buscar orientación psicológica profesional lo antes posible, si ha tenido la madre algún problema durante el parto que crea que puede afectar al niño o niña. En la terapia psicológica los profesionales trabajaran el problema de la mano con los padres y madres, en primer lugar conocerán qué es y cómo funciona; en segundo lugar, buscarán cómo mejorar las rutinas y los comportamientos familiares para que el pequeño tenga una mayor evolución; y en tercer lugar, harán un seguimiento de la evolución del niño teniendo en cuenta las opiniones de los padres y madres, pues son ellos los que pasaran mayor parte del tiempo junto a su hijo y serán ellos los encargados de aplicar todo lo aprendido durante las terapias psicológicas.
Diciembre 2018
Foto: Hisu Lee